domingo, 19 de julio de 2009

Noche 9 - Dia 10

HANGZHOU




Amanece, después de una noche durmiendo sobre una tabla con forma de colchón. Era realmente una cama, a la que (aunque lo tenía), le faltaba lo principal. Debe ser buenísimo para la columna vertebral… pero para todos los demás huesos no se sabe.

Hoy es domingo, y ha sido imposible cambiar los autobuses, pero nos han prometido que el lunes a primera hora tenemos los nuevos. Dado que ahora el recorrido diario es corto, ya que son distancias de entre 15 y 30 minutos, hemos aceptado, y a las 9 de la mañana comenzamos el programa.

Comenzamos visitando el Templo del alma escondida, y la colina voladora, que es un paradisíaco lugar, donde los budistas eligieron construir su primer templo en la zona. Es un gran jardín natural, donde una ladera completa de las dos montañas que forman un pequeño valle, está formada por piedra de rocalla, trabajada prácticamente cada metro, conteniendo muchas efigies de Buda en todas sus acepciones (incluso un Buda masculino, vestido de mujer), con una senda que te lleva a recorrer diversos altares, donde los fieles ofrecen incienso y rezan ante cada uno de ellos. También hay inscripciones en sánscrito, y en chino antiguo. Una auténtica maravilla, que impresiona e imprime carácter sacro al lugar. Vistos (y multi-fotografiados) los Budas de las piedras, (algunos de considerable tamaño), pasamos a la otra ladera, donde se alzan diversos templos. Son lugares de culto real, donde se mezclan los monjes de rito tibetano que habitan en el lamasterio, con el público que visita la zona. Unos, como nosotros en plan turista, y otros realmente rezando y pidiendo cosas al Buda correspondiente. Incluso tuvimos la suerte de asistir a una ceremonia en la que vimos actuar a varios monjes en procesión, con sus ritos de campanas, crótalos, tambores, otros instrumentos musicales y cómo no, también sus cánticos, que sonaban a gregoriano, a pesar de estar tan lejos en el espacio y el tiempo. Luego tres niñas, formaron parte del rito, quemando ofrendas e incienso, y por supuesto algo mas que no acertamos a entender, y terminó al acto con otra procesión similar a la inicial. Durante toda la ceremonia, la religiosidad de podía sentir en el ambiente. Sobre todo en la parte de público que llenaba el templo. Nosotros hicimos unas fotos (sin flash), e incluso sacamos un video, hasta que vino un monje a decirnos que “fotos no”, y justo cuando estaba avisándonos… suena su propio móvil, al que atendió inmediatamente. En fin, que el público es muy religioso, pero… como siempre. Lo último que íbamos a pensar nosotros, es que los monjes llevan móvil, y que no lo apagan durante sus ceremonias. Naturalmente, no le hicimos caso, y cuando acabó la llamada se reincorporó al coro y demás ceremoniantes, olvidando nuestra presencia.

A estas alturas de la mañana, son ya casi las 12, y vamos a comer. El calor es sofocante. Debemos estar a mas de 38 grados, pero con un 80% de humedad. Vamos todos (naturales del país y foráneos) totalmente empapados en nuestro propio sudor, que hace que parezcamos todos recién duchados y vestidos sin secar. Es increíble la cantidad de líquido que se pierde, simplemente por respirar, y andar unos pasos (no muchos) al Sol, entre templo y templo. Resulta que nos habían dicho que habían tres ciudades horno en China, pero no era cierto. La ciudad de Hangzhou es la cuarta ciudad-horno. Total, que de cuatro, ya hemos visitado tres.

Como curiosidad señalo que los budistas (al menos los de esta ciudad), tienen muchísimas cosas muy similares a las cristianas: tienen un templo dedicado a los 500 discípulos, con categoría similar a nuestros santos, con la efigie de cada uno de ellos, a tamaño algo mayor que el natural, donde pudimos ver a San Cristóbal (en nuestra religión), a San Antonio (con su cerdito y todo), y a muchos santos nuestros, que estaban representados allí, y que son muy anteriores a los santos cristianos. Tienen los 12 (en otros sitios eran 14 y en otros 18) apóstoles que eran los que debían propagar el budismo, y ayudar a los demás, tienen un Buda hombre, vestido de mujer, que me recordó a alguna de las muchas vírgenes nuestras, como la de Fátima, o Lourdes, la gente les pide cosas a cada santo, pasando la mano por la estela que indica su nombre, o por su vestido.

Finalizada la visita, y hechos fosfatina por el calor, fuimos a comer, y a visitar la fábrica estatal de te. Aquí todo son “Fábricas estatales”. En este caso, se trata de una fabricación de té, cultivado en las laderas vecinas. Nos explicaron el proceso de cogida de la hoja de té que cultivan aquí, y como no podía ser menos, nos intentaron vender su producto. Té no compramos, porque ya llevamos de otras partes, pero sí es interesante saber cómo lo elaboran.

Ya a media tarde, nos desplazamos a otro lugar cercano, para visitar los jardines y la pagoda de las seis armonías. La pagoda necesita una restauración urgente, pero los jardines, con la humedad reinante, estaban verdes a mas no poder. En ellos se encuentra una representación a pequeño tamaño de todas las pagodas de China. Hay tantas, que con ver unas cuantas deberías tener bastante, pero cada una tiene su algo especial que hace que la gente vaya recorriéndolas todas (las mas de 80), y haciéndose fotos en cada una. Y para acabar, descubrimos una zona donde una treintena de bonsáis, aparentemente sin cuidar, nos muestran unas formas y tamaños a los que no estamos acostumbrados. Alguno debe tener mas de 200 años de antigüedad, porque los troncos de los pequeños árboles son viejísimos. Toda una sorpresa.

Y para acabar el día, asistimos a un espectáculo de un director chino de teatro, al que apodan “El Almodóvar chino”, por la gran cantidad de actores que lleva, y la calidad de los mismos. Realmente, no tiene nada que ver con Almodóvar, pero desde luego la calidad no se le puede negar. Estuvimos casi dos horas disfrutando con varias historias chinas, e incluso nos ofreció la lucha del Sol con la Luna en forma de eclipse, materializado con guerreros negros que vencían al Sol, hasta que de repente éste renace y matan a todo el ejército de las tinieblas. Un espectáculo muy bonito, con una gran sincronización de efectos especiales, actores y música, del que tienen mucho que aprender algunos de nuestros grandes espectáculos veraniegos.

Y así, llegamos al final del día. Mañana toca la visita al lago oeste, y a una zona de la ciudad donde viven los artesanos, comerciantes, etc… antiguos, que es la mejor conservada de china. Ya os contaré.

1 comentario:

Jesús Belly 3114 dijo...

Que bonito, porfavóóó.