lunes, 20 de julio de 2009

Noche 10 - Dia 11

HANGZHOU

Hoy lunes, ha amanecido con Sol, que va acercándose mas al cielo despejado cada día, y con dos autobuses nuevos, esta vez en perfecto orden de funcionamiento. Hemos comenzado el día con una visita al Lago Oeste, a un embarcadero, para realizar un pequeño crucero. Este lago es algo espectacular. Rodea a una gran parte de la ciudad, y antiguamente estaba unido con el mar. Posteriormente fue aislado, y las aguas no se renovaron, mientras que hace unos años, se construyeron unos canales, aprovechando las obras del gran canal (que nace aquí y llega hasta Beijing), para volver a reconectar las aguas de marea con las interiores, de forma que aproximadamente cada tres días, estas son renovadas totalmente.

Hoy estuvimos toda la mañana alrededor del lago de casi 14 Km. de orilla. Para terminar, tuvimos un pequeño paseo en barca de madera, ya que no se puede llamar crucerito como decía el guía, y visitamos una moderna pagoda, destruida hace unos 80 años, y reconstruida con escaleras mecánicas y ascensores. Lógicamente, no se utiliza como pagoda, sino como edificio público dedicado a una leyenda, que habla de la seda, y de que en estos parajes vivía un matrimonio compuesto por una serpiente (con forma de mujer) y un mortal, que tuvieron un hijo, y… bueno, el resto de la historia me lo perdí, porque había que ir a comer, y prometieron recuperarla después.

Durante la comida, se celebró el cumpleaños de Amelia, una de las viajeras, que hoy hace 46 años, y volvió a sonar el “Cumpleaños feliz” en chino, con tarta y velas.

La comida fue algo fuera de lo habitual. Primero no pusieron servilletas, y luego no pusieron bebida. Y es que en esta parte de China, no están nada acostumbrados a recibir turismo exterior, y menos occidental. Las personas ya no hablan inglés, sino sólo chino, e incluso, para un grupo de escolares de tierra adentro, incluidas las profesoras, esta era la primera vez que podían ver a unos occidentales, y no pararon de hacerse fotos con nosotros, tocarnos el pelo, la ropa, y observarnos como si fuéramos bichos raros. Y realmente debíamos parecérselo, porque se maravillaban de nuestra forma de hablar, de movernos, y de estudiar nuestros gestos, ya que nuestras formas de movernos y gesticular, les resultaban totalmente incomprensibles. Luego nos explicaron que la incomunicación no es solamente oral, sino gestual. En fin, otra novedad en China, que es el país, que hasta ahora, cada día nos ha dado una sorpresa.

Por la tarde hemos visitado una calle de la ciudad, donde se habían establecido los comerciantes mas antiguos de la ciudad, y donde pudimos visitar la farmacia mas antigua de China. Las medicinas que se guardan en sus botes y armarios, son raíces, tallos y hojas de las mas diversas plantas, aunque abundaba el ginseng. Incluso, había una caja preciosa, bastante grande, con una raíz de ginseng, que valía al cambio, unos 8.000 euros. Tenía tarros con serpientes (de varios metros de longitud), lagartijas, lagartos, escorpiones, etc… todos sumergidos en una solución suponemos que alcohólica, dispuestos para la venta. Ha sido una vuelta atrás en el tiempo, de más de 300 años, y podría ser que de mas de 1000, porque la farmacia lleva abierta desde tiempo inmemorial.

Luego hemos tenido unas dos horas de tiempo libre, que hemos aprovechado de diferente manera: unos han ido de compras a la calle de la seda (silk street), y otros a la calle de la electrónica (digital street). Cada uno ha comprado algo que necesitaba, que le ha parecido bien de precio, aunque la necesidad no fuera muy clara. La vuelta al hotel ha sido en taxis, y cada uno ha rezado todo lo que ha sabido y algo mas. Nuestro taxista, por ejemplo, para adelantar, ha pasado de un carril especial derecho, reservado a vehículos públicos, a un carril de coches particulares en la primera salida que ha tenido. Luego al de la izquierda, y al de la izquierda de la izquierda, hasta que ha llegado a una doble raya continua, que para nosotros hubiera sido infranqueable, pero no para él; se la ha pasado olímpicamente, y ha avanzado por el último carril del sentido contrario, que casualmente estaba vacío, hasta llegar a una plaza, donde venían de cara unos 1000 coches, y nosotros teníamos que girar a la izquierda; pues sin hacer ninguna maniobra rara, ni aspavientos (nosotros si), se integró perfectamente entre los coches que venían, giramos a la izquierda y todo en menos de 30 segundos, e incluso hablando con nosotros. Y es que conducir en China es casi tan difícil o mas que hacerlo en El Cairo.

Para ir a cenar, hemos ido nuevamente al lago, porque en sus orillas, se ha creado una zona de restaurantes y paseos, muy concurrida todos los días. Pues bien, en uno de esos restaurantes típicos, con una cocina reconocida internacionalmente, y varias placas conmemorativas de ganar en diversos concursos, y otorgarle diversas distinciones (todo en chino por supuesto), nos han servido una cena muy sabrosa, pero en la que nadie podía adivinar lo que estábamos comiendo. Al final algunos pasamos a la cocina, y nos enseñaron la despensa: Animales vivos, sobre todo marinos. Desde cangrejos gigantes, hasta anémonas de mar, tortugas, serpientes, muchas clases de peces, algunos incluso parecían palos mas que seres vivos. Así que muy fácilmente, algunos de los platos no identificados, fuera alguno de los compañeros de pecera durante la tarde. Nadie se atrevió a preguntar.

Y para mañana, nos anuncian mas sorpresas. Mañana, llegaremos a Anjí, (la ZONA 0) y allí ya nos han avisado, que no es zona turística (que donde estamos ahora sí que lo es), y que la incomunicación será todavía mayor, porque todos los letreros estarán en chino exclusivamente, y seremos analfabetos completos. Además, ni siquiera tienen costumbre de ver a muchos turistas por sus calles. Pero como ya hemos coincidido con varios grupos de españoles, que vamos a Anjí, sabemos que no estaremos solos, y que habrá una gran cantidad de occidentales paseando por sus calles.

Pues eso; que por fín mañana, vamos a llegar al lugar desde el que vamos a ver el eclipse que nos ha traído hasta estas tierras. Hoy ya han empezado a aparecer los nervios, en forma de comentarios, sobre si tendremos tiempo para preparar los equipos, sobre si las carreteras se colapsarán, etc… posiblemente tengamos algo de todo, pero nosotros tenemos la suerte de dormir ya en el sitio elegido, mientras que la gran maoría vendrá desde Shanghai, e incluso, de tener entrada a una zona especial de observación, donde parece ser que van a ir las autoridades y científicos, con mesas y sillas.

Es de suponer que allí no tengamos Internet, ya que nadie nos ha podido aclarar la pregunta. Asi que si mañana no llega ninguna crónica, es que no hay acceso, y habrá que esperar hasta la llegada a Hangzhou, el día 22 por la noche, para que podais conocer cómo ha ido la cosa.

Así que… hasta la próxima.

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