sábado, 18 de julio de 2009

Noche 8 - Dia 9




YICHANG - HANGZHOU

Hoy es nuestro último día de vacaciones. A partir de medio día, volvemos a la ruta, los autobuses, las visitas rápidas a los monumentos, y lentas a las tiendas, etc…

La excursión de hoy es a la central de las tres gargantas. Nos hacen pasar un control un poco raro, porque bajamos del autobús, pasamos las máquinas detectoras de bombas, metralletas, etc… y volvemos a subir al autobús. Así, que si quieres que algo no te lo revisen, con dejarlo arriba… bueno no deja de ser una formalidad. La vista de la presa es formidable. Las exclusas (en la maqueta) vistas desde arriba impresionan, porque acabas de verlas en tamaño real, y te facilitan la comprensión de lo sucedido. Es una pena, que la visita no incluya un paseo por el interior de la central eléctrica, porque la sala de control debe ser impresionante. Pero a pesar de que parece que te puedes mover libremente, está todo bastante vigilado. Además, las distancias entre los distintos puntos de observación son tales, que hay que ir en autobús de un sitio a otro; y con un calor asfixiante, a nadie se le ocurre ir andando.

De vuelta de la excursión, navegamos nuevamente hasta Chiang, que es lugar donde dejamos el crucero definitivamente, para tomar el vuelo hacia Shanghai – Hangzhou.

Como seguimos sin noticias del grupo de españoles de Beijing, hemos tomado la decisión de tomar una “aspirina preventiva”, para que en el caso de que alguien tenga fiebre, se la baje. Porque de vez en cuando, al pasar algún control, nos aparecen los de la sanidad, y comienzan a tomar la temperatura a todo bicho viviente. De momento no hemos tenido ningún problema, pero para evitar riesgos, el cuerpo médico nos ha recomendado un poco de aspirina, y vamos sobre seguro. Porque entre nosotros, mas de la mitad hemos sufrido (yo también), la diarrea del viajero, y unos un día, y otros otro, todos hemos ido teniendo algunas décimas, que por supuesto no son por la gripe, sino por trastornos intestinales; pero por si acaso…

Antes de llegar al aeropuerto, tenemos tiempo para visitar una factoría de bordados, en la que las compras eran una excusa para no estar soportando el tremendo calor de la calle. Y estando en medio de la vorágine de regateos y gesticulaciones, Angel Requena me ha llamado la atención sobre un tipo alto, desgarbado, americano, que iba con nosotros en el crucero, junto con un grupo de americanos, porque podría ser el CEO de Sky&Telescope, ya que esta revista ha organizado también un viaje al eclipse, y van a la misma zona que nosotros: Anji. Ya veremos al final cómo quedamos, porque si nos vemos allí, nos acordaremos del crucero, y hasta es posible que nos nombre en su revista!! (Huygens no tiene tanta fama como S&K, pero con el tiempo…)

Y de nuevo al avión, aunque esta vez sin controles sanitarios, nos encontramos ya eh Hangzhou, pequeña ciudad, de unos 8.000.000 de habitantes, a dos horas y media de autobús de Shanghai. Nuestro hotel es uno de los muchos rascacielos de la ciudad. Mañana desayunaremos en el piso 21.

Ya volvemos a tener Internet, y ahora podremos enviar ya todas las crónicas día a día.

Hemos tenido algún que otro problema con los autobuses, porque parecen sacados de la España de los años 60, con asientos tapizados de “skay” (tal como suena), con ventanas que se pueden abrir, un micrófono que no funciona, los respaldos que se caen solos, y hemos decidido que un autobús puede ser viejo, pero debe estar en condiciones, y mañana o lo cambian, o nos sublevamos. La guía ha conseguido hablar con la agencia de viajes, y mañana nos darán la solución. Por la noche os enterareis…

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