lunes, 23 de marzo de 2015

Cinco años despues, los recuerdos siguen presentes como si el tiempo no hubiera pasado. Aún llevo en la cámara de fotografiar el nudo de la felicidad que nos regalaron en Beijing nada mas llegar, y cada vez que hacemos alguna foto, nos acordamos de aquel maravilloso viaje.
Justamente este fin  de semana, escuchando el programa "No es un día cualquiera", de Pepa Fernández. en Radio Nacional, he escuchado (porque soy escuchante), que Íñigo ha hablado de un viaje a la China profunda, y ha nombrado casi todos los sitios por los que estuvimos nosotros.
El crucero a través del Yangtzé, en el que fuimos saludados por el Capitán del barco en "casi perfecto" español, porque era americano, pero de origen latino, y nos dijo que éramos el primer grupo español que llevaba a bordo,  la excursión a Wushan, con los  ataúdes depositados en el  borde de  sus impresionantes atalayas, donde no llegan las inundaciones del río, la subida al templo  de los Budas, donde se encuentra la entrada al infierno según la tradición, y donde tenías los tres puentes de los deseos para pasarlos, etc... la presa de las tres gargantas, que salió triunfante en aquellos días de un terremoto que afectó a toda la zona, pero no hizo mella en la presa y pudimos recorrerla, y finalmente la vuelta a la "civilización", es decir a Shangai, como destino final...

Dentro de poco tendremos un nuevo viaje para ver el eclipse de 2017. Esta vez ocurre en América, y vamos a aprovechar para ir, a una América profunda y salvaje. El parque Nacional de Yellowstone nos está esperando. Iremos.

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